Nota para un argumento cinematográfico.

Un tipo cuyos genes están sensibilizados al extremo a todo lo evolutivo, puede ser producto de un experimento o de estar leyendo a Darwin mientras le cae la descarga de un rayo desde el cielo. Entonces le pasan cosas, muchas cosas. Cosas con el cuerpo. Le va cambiando el cuerpo quiero decir. Con las noticias de Clarín, suponé. O con los programas de Tinelli. O con los videos de You Tube que va viendo. El tipo sería un Vincent Price creado digitalmente, su vecino (el único que logra ver los cambios, porque el tipo nunca sale de casa, por una ventana que dejó entreabierta para que esté más fresco sería un Peter Lorre (si, digital, que querés) que se pasa toda la película abriendo los ojos con ese asombro absoluto y exclamando con vos nasal y algo borracho ¿What the fuck?

Escena del medio: los vigotitos de Vincent mutan en unos palitos semirígidos, perfectos para consumir sushi.

Deducciones anatómicas.

Ese verso de analizar a los humanos porque tienen dos ojos, dos orejas, una nariz y una boca lo cual supuestamente significa que hay que ver el doble y oír (escuchar) el doble de lo que se habla en un tiempo me interesaba. Pero me di cuenta que la evolución es TAN lerda que ni se debe haber enterado que hace un tiempo que podemos hablar. Menos aún puede saber lo mucho que hablamos al pedo, y al asunto de los blogs no llegó ni en sueños. Si hubiese llegado tendría, sí o sí que haber pasado antes por el tema del porno en internet, y nos habríamos dado cuenta. ¿Cómo? Bueno, tendríamos unas manitos de unos 15 centímetros (las mujeres puede que un cachito más) que nos habrían salido a los lados del ombligo.

Estaba pensando

que soy como una cosa rara que tiene extrañas extensiones que se despliegan y repliegan en los lugares menos previsibles y que bien podría envidiarme una mantis. Eso siempre que discuta con alguien, porque si no soy como uno de esos escarabajos (o cucaracha si querés cucaracha) kafkianos pero sin el malestar de llegar tarde a ningún lado.

Año nuevo.

Si, ya sé, empezó un año nuevo y todo eso...